Síndrome del Savant
Leslie Lemke es un virtuoso de la música. A los 14 años tocó sin vacilaciones ni tropiezos el Concierto número 1 de Tchaikovsky; sólo lo había oído una vez, horas antes en la televisión. No había recibido lección alguna de piano y sigue sin haberla recibido. Es ciego y padece trastornos del desarrollo y parálisis cerebral. Sin embargo, toca y canta miles de piezas en conciertos que da por los EE.UU. y otros países, improvisa y compone.
Richard Wawro es internacionalmente famoso por sus trabajos artísticos. Los dibujos que hacía de niño con lápices de cera dejaron atónito a un profesor de bellas artes londinense, quien los calificó de “fenómeno increíble, realizados con la precisión de un mecánico y la visión de un poeta”. Wawro, que vive en Escocia, es autista.
Kim Peek parece una enciclopedia ambulante: se sabe de memoria más de 7.600 libros, puede decir de corrido todas las carreteras de cada ciudad, pueblo y condado de los EE.UU., así como sus códigos telefónicos y postales, las emisoras de televisión y radio, y las redes telefónicas de que disponen. Si se le da la fecha de nacimiento de alguien, dirá que día de la semana fue y que día será cuando cumpla los 65 años y se jubile. Peek identifica muchísimas obras de música clásica y sabe el día que se publicaron o interpretaron por primera vez, dónde y en qué día nació el compositor y la fecha de su muerte. También el sufre trastornos del desarrollo. Para muchas de las necesidades básicas de cada día depende de su familia. Sus habilidades inspiraron el personaje de Raymond Babit en Rain Man.
Lemke, Wawro y Peek tienen los tres el síndrome del savant, rara pero espectacular condición en la que un sujeto con diversas anomalías del desarrollo, el autismo una de ellas, exhibe un talento excepcional en algún área de aprendizaje, yuxtapuestos generalmente a una discapacidad mental general. El síndrome del savant viene a darse en uno de cada 10 autistas y en uno de cada 2.000 individuos que tienen dañado el cerebro o padecen retraso mental. De los savants conocidos, 52 en la actualidad, al menos la mitad son autistas, y el resto sufre algún otro tipo de trastorno del desarrollo.
Estos gemelos, con un cociente intelectual entre 60 y 70, no podían resolver las operaciones aritméticas más sencillas pero eran capaces de calcular en unos cuantos segundos qué fecha de cualquier año…
Daniel Tammet es un británico de 27 años que posee este síndrome de una forma particular al ser el único completamente independiente, sin incapacidades mentales. Entre alguna de sus habilidades está la de memorizar el número Pi con 22.514 dígitos en una semana, con lo que empleó en recitarlo de memoria unas 5 horas. También fue capaz de aprender islandés, uno de los idiomas más complejos del mundo, en tan sólo una semana. El proceso de su pensamiento, relatado por el mismo, consiste en ver los números como colores y formas, así que cuando hace un cálculo, en su mente aparece una mancha de color y simplemente recita un número que resulta ser la respuesta correcta.
Stephen Wiltshire, tras sobrevolar el casco histórico de Roma por primera vez durante 45 minutos, recreó todo lo que vio sobre el papel necesitando tres días…
La habilidad del londinense Stephen Wiltshire, conocido como “la cámara viviente” es el dibujo. A la edad de 11 años, y tras un breve viaje en helicóptero, reprodujo la vista aérea de la ciudad de Londres con total precisión, respetando la perspectiva, incluso dibujó el número exacto de ventanas que tenían los principales edificios.
El origen médico de dicha anomalía aún no está claro, algunos científicos consideran que es producida por defectos tempranos en diversos analizadores, uno de los cuales puede ser la visión, y que pueden propiciar el establecimiento de correlaciones singulares entre distintos sistemas funcionales que se aparten decididamente del desarrollo típico. Otros estudios obtenidos mediante escáneres cerebrales de un savant de 9 años, determinando que, probablemente, la base del síndrome savant implique una pérdida de funciones del lóbulo temporal izquierdo con una función aumentada del córtex posterior. Todo esto podría indicar que quizá todos tenemos la semilla del savant en nuestros cerebros, pero ésta no se desarrolla, probablemente porque empleamos nuestros recursos neuronales en otras muchas actividades menos especializadas y obsesivas que las del savant…
Refrencias:
http://www.pagina12.com.ar/2000/suple/futuro/00-04-08/PAGINA2.HTM
http://xoccam.blogspot.com/2007/03/y-los-savants-nos-ayudan-comprendernos.html
Publicadas por Owner a la/s 12:54 p.m.
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