Un trastorno de la sangre deteriora la calidad de vida y aumenta la mortalidad.
La mayoría de la gente de cierta edad conoce la anemia, trastorno de la sangre producido por la carencia de un número adecuado de glóbulos rojos sanos que lleven el oxígeno a los tejidos y los limpien de dióxido de carbono.
Sin embargo, los especialistas afirman que la anemia ha sido subestimada durante demasiado tiempo y que se la considera casi normal en ciertos grupos, como las mujeres que menstrúan y los ancianos. Un creciente cuerpo de investigaciones indica que esta enfermedad puede comprometer gravemente la calidad de vida de las personas, hacer que las personas enfermas se enfermen aún más e incluso adelanta la muerte, según dijo el doctor Allen Nissenson, nefrólogo y profesor de medicina de la Universidad de California en Los Angeles.
Hace mucho tiempo que los médicos son conscientes del riesgo de anemia en niños y adolescentes, pero el trastorno es mucho más prevalente en personas de más de 65 años, según los estudios. Un trabajo concluyó que la incidencia de anemia entre los mayores era de cuatro a seis veces más alto y que afecta a casi un cuarto de las personas de más de 75 años.
Incluso entre pacientes con trastornos casi idénticos, los que tienen anemia tienden a morir más rápido. En un estudio de personas con problemas cardíacos, por ejemplo, por cada descenso del 1% en el hematocrito, el índice de mortalidad aumentaba el 1,6 por ciento.
En un estudio de alrededor de 79.000 pacientes hospitalizados con ataque cardíaco, las transfusiones de sangre hacían descender la mortalidad entre los que tenían un hematocrito de menos del 33% al llegar al hospital.
Lo mismo ocurría con pacientes en diálisis. En un estudio sobre 20.000 de ellos que padecían falla renal crónica, los que tenían más anemia tenían el doble de mortalidad. Pero cuando se los trataba en forma efectiva, la mortalidad al año no era diferente de la de los que no eran anémicos inicialmente.
Síntomas sutiles
Probablemente, la consecuencia más común de la anemia sea un descenso en la calidad de vida, especialmente entre personas mayores. En un estudio publicado por The American Journal of Medicine , la doctora Brenda W. J. H. Penninx y coautores siguieron a un grupo de 1146 hombres y mujeres de 71 años o más durante cuatro años.
Los participantes eran sometidos a tres pruebas al comienzo y al final del estudio: uno de equilibrio, una caminata y otro que consistía en levantarse del sillón. Los que tenían niveles de hemoglobina un poco por debajo de lo normal tenían más del doble de riesgo de registrar deterioro físico. Los que tenían mayores grados de anemia experimentaban mayor deterioro.
Entre los síntomas de la anemia figuran el cansancio crónico, debilidad, falta de aliento, palidez, dolor de cabeza o frío en manos y pies. Pero en mucha gente, los síntomas son demasiado sutiles como para que se los reconozca, y la anemia permanece indetectada durante años.
"Es tiempo de tomar la anemia más seriamente -afirmó Nissenson- y de asegurarse de que todos se hagan análisis sanguíneos de rutina y reciban tratamiento para restaurar el balance sanguíneo. Basta con un pinchazo en el dedo o con sacarse sangre de una vena. El pinchazo generalmente permite medir el nivel de hematocrito, o porcentaje de glóbulos rojos del plasma sanguíneo. El resultado normal va del 36 al 46% en las mujeres y del 46 al 56% en los hombres".
Una evaluación más precisa mide la hemoglobina, expresada en gramos por decilitro de sangre. El nivel de hemoglobina normal para las mujeres va de los 12 a los 13 gramos, y para los hombres, de 13 a 14.
"La causa más común de anemia es una nutrición inadecuada", dijo Nissenson. La producción de hemoglobina, la proteína de la sangre que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos, depende del hierro, que se encuentra especialmente en la carne, en las aves (especialmente en los órganos) y en la yema de huevo.
En menor grado, se encuentra también en las hortalizas de hoja verde, en las frutas secas, en las arvejas y porotos, y en los cereales y el pan integrales. Los alimentos ricos en vitamina C ayudan al organismo a absorber el hierro.
Estos nutrientes frecuentemente faltan en las comidas de las mujeres que pierden hierro en la sangre menstrual, las embarazadas, los vegetarianos, los que hacen dietas muy estrictas y las personas de escasos recursos.
Publicado en The New York Times y traducido por La Nación
Publicadas por Owner a la/s 9:55 a.m.
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