Islandia está sufriendo una rápida transformación debido al cambio climático



(Reuters) Si hay algún país que se puede declarar que está en la frontera del cambio climático, este sería la pequeña república de Islandia, ubicada en el norte del Atlántico.

Desde un punto de vista meramente físico, esta tierra formada por casquetes de hielo y volcanes, que es el hogar de 300.000 personas, está sufriendo una rápida transformación debido al derretimiento de los glaciares y a los cambios en la meteorología. Sin embargo, los cambios en el clima también están teniendo profundos efectos en la economía y algunas de estas consecuencias han sido beneficiosas.

El calentamiento ha sido un favor para la industria hidroeléctrica islandesa que produce más debido a que el derretimiento de los glaciares ha alimentado a los ríos. El cambio climático, causado por la utilización de combustibles fósiles, también ha puesto énfasis en las innovaciones energéticas que la pequeña isla ha realizado y generado demanda para sus ideas y experiencias en campos como la energía geotermal y la tecnología de carburantes.

Científicos desde África a América están pendientes de las investigaciones en energía de la Universidad de Islandia y las compañías extranjeras se asocian con las pequeñas empresas locales. Dos tercios de la energía que se consume en el país procede de fuentes renovables ya que existen suficientes ríos y cataratas y el calor geotermal que calienta el 90 por ciento de las casas islandesas.

Algunos observadores dicen que adelantarse a los acontecimientos es natural en una isla donde el cambio climático ya es visible con el derretimiento de los hielos e inviernos más suaves. "La gente ya está planeando un futuro que será diferente del pasado", dice Tomas Johannesson, un geofísico de la Oficina Meteorológica Islandesa. "Estamos en un inusual situación donde muchos de los cambios que están ocurriendo pueden ser más beneficiosos que dañinos", agregó.

Sin embargo los islandeses saben que esto no es una mera ecuación económica. "Si algo serio pasa en otros países eso puede tener consecuencias aquí por eso la gente no le da exactamente la bienvenida a estos cambios", dijo Johannesson. Aunque los islandeses toman esta oportunidad y hacen negocios que exploran nuevos recursos energéticos, no tienen una perspectiva optimista.

El pasado octubre Islandia y el resto de los países nórdicos activaron las alarmas sobre el derretimiento del casco Ártico, que podría volverse irreversible debido al calentamiento global. El panel de la ONU dedicado a este tema afirma que las temperaturas se elevan más rápidamente ya que el agua más oscura y la tierra que queda al descubierto absorben más calor que el hielo, que refleja los rayos del sol.

Este invierno Reykiavik experimentó cambios de temperaturas de dos dígitos, y las habituales condiciones bajo cero se convirtieron en temperaturas apacibles. La capital se inundó. "Estamos tan cerca del Polo Norte", dice Asta Gisladottir quien agrega que: "es casi nuestro jardín trasero", en referencia a que este es un asunto del cual hay que preocuparse. Gisladottir recuerda que en los inviernos de su niñez había nieve desde noviembre hasta abril. Ahora es casi pura lluvia.

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