Los adultos que duermen demasiado poco o mucho de forma habitual podrían morir antes que aquellos que duermen las 8 horas estándar cada noche, sugirió un estudio.
(Reuters) Un grupo de investigadores ha descubierto que entre casi 10.000 adultos británicos a los que siguió durante 17 años, aquellos que comenzaron a dormir menos cada noche durante la primera parte del estudio tenían más posibilidades de morir de enfermedades de corazón o infartos que aquellos que seguían cogiendo 7 u 8 horas de sueño.
Por otro lado, aquellos cuyo patrón de sueño se amplió más allá de las 8 horas tenían un riesgo más elevado de morir por causas no cardiovasculares.
El estudio, publicado en la revista médica Sleep, no precisaba el motivo de estos resultados.
Sin embargo, estudios pasados sugieren que la privación crónica de sueño puede resultar dura para el sistema cardiovascular. El cuerpo se recupera durante el sueño, cuando bajan la presión sanguínea y el ritmo cardiaco, aliviando el esfuerzo diario del corazón, según explicó la doctora Jane E. Ferrie, del University College de Londres, responsable del nuevo estudio.
Además, según explicó a Reuters, algunos estudios han relacionado la privación del sueño con reducciones en el control del apetito y la regulación del azúcar en sangre, que pueden afectar al peso corporal y al riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Esto, además, podría aumentar las posibilidades de una persona de desarrollar problemas de corazón.
Es posible que los participantes en el estudio que comenzaron a dormir menos tuvieran peor salud por otras causas; algunas enfermedades, como por ejemplo cualquier desorden que cause dolor crónico, podrían reducir el sueño de una persona, señaló Ferrie.
A los participantes del estudio se les preguntó al principio sobre enfermedades anteriores, pero es posible que algunas tuvieran problemas de salud subyacentes que se pasaron por alto, según Ferrie.
De igual modo, no está claro por qué la gente que dormía más tenía un riesgo mayor de morir por causas no cardiovasculares. Algunos problemas médicos, como el cáncer o la depresión, pueden provocar fatiga, según Ferrie. Pero los investigadores carecían de información suficiente para decir qué causas de muerte concretas estaban relacionadas con el aumento del tiempo de sueño.
Sin embargo, las personas que de forma natural duermen más o menos que las "ideales" , según Ferrie, no tienen riesgos de salud aumentados.
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