Los hombres de Marte y las mujeres de Venus.
Los hombres no soportan a las mujeres controladoras, celosas y autosuficientes. Tampoco a las hablantinas, explotadoras, celosas y dominantes. Todas ella propician que ellos salgan corriendo.
He aquí un breve esbozo de cada una.
1. La perica. Esta "cualida" de hablar y hablar y hablar, casi reservada a ellas (no es machismo), enloquece a cualquiera. Aunque tengan la razón, esa actitud de repetir, repetir y repetir, de hablar sobre lo mismo y subiendo el tono, puede sacar corriendo a cualquier hombre, sin importar el compromiso.
2. La intensa. Una mujer con esta característica es una ahuyentadora total. Requiere atención por teléfono, en persona, por correo electrónico y todos los días. Y, lo peor, las prioridades son las suyas.
3. La programada. Típico de ella: "Mañana vamos a comer donde fulanita"; ya lo tiene todo planeado: La hora de la salida, quién recoge a quién y tiene ya la idea del regalito que va a llevar.
Después, remata con "este sábado vamos a comprar la silla que necesito y en la noche cenamos con mis papás".
4. La aprovechada. Abundan y a veces vienen disfrazadas de ovejitas. Son esas que ya sea pobres, asalariadas o ricas, nunca pagan ni el estacionamiento. Están convencidas de que el hombre está hecho para gastar en ellas. Lo peor es que siempre encuentran una víctima que sólo se da cuenta cuando ya le sacaron apartamento amueblado.
5. La celosa. Hay que reconocer que algunos dan motivos, pero una mujer obsesivamente preocupada de quienes rodean a su novio o esposo es una participante activa del campeonato para aburrir a un hombre. Y ¿quién no ha conocido a esa mujer controladora y furiosa y, a pesar de eso, cornuda?
6. La investigadora exhaustiva. La detective enfría a cualquiera, pues no descansa hasta conocer detalles y secretos de su hombre, pasados y presentes, fotos y vivencias. Y tiene además una 'linda' costumbre: La de revisar la billetera y el celular.
7. La que enseña las ganas. Si no fuera porque no se usa, estas mujeres se vestirían de novia unas tres veces a la semana. Ellas sueñan con casarse y tener una familia (hay muchos hombres que también lo hacen), pero el acelerador no funciona sino para que el tipo arranque y no vuelva.
8. La exhibicionista. No se sabe de dónde salió esta tendencia y aunque se multiplican y abundan en bares y discotecas, pocas veces atraen. Ellas muestran de más y siempre hay algo exagerado en su apariencia. Otra que no es "loba" pero entra en esta categoría es la que no se deja ver sin arreglar y se niega a que el tiempo deje una huella en su cara.
9. Con complejo de decoradora. Algunas, solteras, se quieren encargar de cambiar el aspecto de la casa de su novio. Desde el primer día opinan, cambian las plantas de lugar, bajan cuadros y después quieren entran a un campo restringido: el clóset.
10. La autosuficiente. Si no necesitan a un hombre, ¿para qué buscan pareja? Esas que repiten que pueden hacerlo todo, aburren y ponen frenético al género masculino. ¿Y qué tal las que hablan de sus triunfos, de su sueldo superior y de sabérselas todas?
11. La analista extrema. Piensan demasiado cada palabra dicha por su hombre, por qué ya no le dice esto o aquello, si un día cambió de actitud, por qué quiere que todo evolucione, etcétera.
12. La que tiene síndrome de jefe. El don de mando es su cualidad y creen que el sujeto que está con ellas no solo tiene que hacerlas felices sino hacerles todo. Mejor dicho, le asignan funciones de mensajero, plomero, chofer, empleada doméstica, etcétera, como si fuera obligación. Un favor se le hace a cualquiera, pero de ahí a esclavo...
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