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El Chupacabras existe

SAN FERNANDO, mayo 27, 2004.- Matando gallinas cayó la madrugada de ayer en un fundo del empresario Francisco Javier Errázurriz un ejemplar del mitológico “Chupacabras”.

El animal -cuyo cuerpo quedó expuesto a la curiosidad pública y al prolijo examen de los especialistas en la morgue de la localidad de Marchigüe, VI Región- antes de expirar mató a 23 gallinas y a dos gallos.

El deceso de la curiosa bestia, despedazada por cuatro perros hambrientos y rematada a palos por Isidro Lizana, cuidador del predio situado en el sector Las Ramaditas de San Antonio de Petrel, permitirá a los científicos investigar a fondo su naturaleza. A simple vista, no obstante, parece un mamífero híbrido, mezcla de güiña, leopardo y puma. Bien armado, poseía grandes garras y un par de colmillos de 12 centímetros de largo.

Cerca de las 7 de la mañana, alertado por el ladridos de sus perros, el parcelero se dirigió hasta el gallinero y tras observar la masacre, reparó que en un rincón agonizaba una especie de pantera de color café con manchas negras. Lizana se armó de un garrote y remató a la bestia.

El incidente de Las Ramaditas -como ya lo denominaron los ufólogos- podría servir para aclarar decenas de ataques similares registrados en todo el país.

Monstruo con historia
Además de Pie Grande, el Abominable Hombre de las Nieves y el monstruo del Lago Ness, en la mitología universal hay varios seres que han horrorizado al hombre. Uno de ellos es el “Chupacabras”, azote del campo y los gallineros que recibe diferentes nombres.

Los orígenes del ser se remontan a marzo de 1995, cuando los habitantes de dos pequeños poblados de Puerto Rico (Orocovis y Morovis) descubrieron que sus cabras, gallinas, vacas y ovejas eran atacados y desangrados hasta morir por una bestia desconocida que les dejaba un pequeño orificio en la garganta.

En septiembre de ese año, Madelyne Tolentino -ama de casa de Canovas, localidad al este de San Juan de Puerto Rico- se convirtió en el primer ser humano en verlo. Lo describió como una mezcla de canguro y gárgola, de 1,2 metro de alto, con una cabeza grande y redonda, boca sin labios, colmillos afilados, ojos rojos, cuerpo pequeño, brazos como pinzas, piernas musculosas y alas de murciélago que se desprendían de su espalda.

A fines del ‘96, el fenómeno ya se había extendido a toda Sudamérica y hasta inspiró un capítulo de la serie de televisión “Los Archivos Secretos X”.

Fuente: La Cuarta


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