La autorregulación, el autocontrol de los adolescentes
Tema septiembre
Casi siempre en la edad de la adolescencia la persona piensa que ya puede tomar desiciones propias y que ya tiene su propia autorregulación y que por esto ya puede ser libre, pero no tomando en cuenta que debe ser libre responsablemente, desgraciadamente son pocas las personas que a esta edad ya sabe autorregularse (masomenos pero saben algo de eso) y son muchas que no saben y toman la vida como un juego.
La autorregulación es saber equilibrar lo emocional con todo nuestro estado mental y esto no se puede conseguir varias veces en un adolescente pues es una época de muchos cambios donde implica estados emocionales, mas responsabilidades, desarrollan mas el pensamiento y la razón etc.
El autocontrol indica el dominio que una persona puede tener de sus reacciones, sentimientos e impulsos a través de una determinación voluntaria para poder hacerlos surgir o crecer, mantener o someter según su libre decisión. Más brevemente "Autocontrol" indica la capacidad de gestión eficiente del futuro.
En la antigua cultura griega se le denominó autarquía, dando pie así a la denominación social, política y económica con que actualmente comprendemos con ese nombre.
La adolescencia es un momento difícil en el desarrollo humano. Se dan cambios hormonales importantes que generan desequilibrios y malestares. Durante la adolescencia pareciera que el autocontrol es algo muy difícil de lograr. Los adolescentes ríen sin control y pasan rápidamente del optimismo al pesimismo. Emocionalmente están en una vorágine, se arrogan a cuestiones sociales con mucha pasión, discuten activamente, proponen. A nivel sexual empiezan a gustar de otra persona y actúan de manera tímida o excitada, son fieles y leales. Pero al mismo tiempo se angustian, se acomplejan, se confunden.
La adolescencia, desde el punto de vista psicológico, es un período de experimentación, de tanteos y errores. El comportamiento está caracterizado por la inestabilidad en los objetivos, conceptos e ideales derivados de la búsqueda de una entidad propia. Es una época en la que los estados afectivos se suceden con rapidez y pueden encontrarse disociados de cualquier causa aparente, aspecto que desorienta enormemente a los adultos. Existe también una fuerte tendencia a la melancolía. Suelen ser proclives a extender las consecuencias de un fracaso a todos los planos de la actividad, tendiendo al fatalismo y la obsesión ante pequeños problemas físicos pasajeros como el acné, la obesidad, anomalías en el crecimiento, etc. En muchos casos llevan un "Diario íntimo" que no es más que una conversación consigo mismo al no poder dialogar con alguien. El movimiento hacia los demás y la creación de pandillas es una expresión del deseo de darse a conocer o hacerse reconocer, del deseo de aprobación y de comprensión que son esenciales en este período.
Comienzan los primeros flirteos con los que descubren los juegos de seducción y los sentimientos amorosos con motivo de las relaciones interpersonales con compañeros del sexo opuesto. Progresivamente las experiencias sexuales directas van sustituyendo al flirteo, como consecuencia de las transformaciones de la mentalidad social general y el desarrollo de los métodos anticonceptivos.
La adopción de todas las formas de rebelión es otro de los aspectos destacados que caracterizan el comportamiento en esta etapa. Primeramente enjuician y acusan a su familia, actitud necesaria para la construcción personal de los valores que le permitan emanciparse; los padres captan perfectamente este movimiento y, por regla general, se resisten. La rebelión contra la sociedad se plasma en el clásico anticonformismo despreciando o desaprobando cualquier ley, disciplina o convención, provocando su adhesión a las corrientes extremistas.
En su rebelión contra el universo enjuician el sentido de su propia existencia, de la vida misma y el significado de todo el universo. Por contra, la necesidad de recrear valores desemboca en personalidades ricas y fecundas, en una inspiración auténtica y en realizaciones de calidad, verdaderas renovaciones de las formas habituales de sentir, pensar y expresarse.
Típicamente la proyección del adolescente se realiza fuera de la casa, con cualquier persona que le preste interés y se muestre comprensivo con su problemática. Lentamente comienza un desapego de lo familiar que supone la reafirmación de su personalidad. Todo este es un proceso muy complejo e incluso doloroso para el adolescente. Es importante como padres estar atento a las señales y establecer algunas actividades que mantenga su nivel de enérgico en gasto permanente, sobretodo si no es época de clase, para ayudar a que logre un mejor control sobre su cuerpo, aumente su confianza y viva este momento del desarrollo de manera plena, las siguientes actividades pueden organizarlo y ayudar en este trance Si el adolescente es más inclinado hacia lo artístico es una excelente opción la posibilidad de realizar talleres de teatro, música, pintura, escritura.
Estas actividades serán espacios donde el adolescente encontrara una manera de traducir sus sensaciones a través de estas producciones y lograr así un mayor autocontrol si mismo. Si el adolescente presenta grandes niveles de actividad, el campo de deportes es una verdadera solución. El deporte y la adolescencia van de la mano, son una buena combinación.
Los deportes generan beneficios a nivel individual en cuanto mide su cuerpo y reconoce sus capacidades, logrando un mejor dominio y manejo de su fuerza y energía. A nivel grupal, los deportes fomentan aquellas situaciones que generan sensación de pertenecía a un grupo determinado. Esto es muy importante para el adolescente. Un mundo propio, distinto al adulto, resulta en una mayor conformidad y por tanto más autocontrol. Si el adolescente es algo retraído y resulta necesario que se integre a distintos grupos, acampar es una opción para pensar. Generara un ámbito social positivo para que se reilaciones con nuevas personas en una actividad especial. Todas estas actividades son beneficiosas para el adolescente y aumentan sus posibilidades de autocontrol en cuanto resultan en un mejor manejo de su cuerpo, de sus relaciones y un incremento en el nivel de confianza en sí mismo.
La perdida o el no saber regularse siempre se debe a muchas sircunstncias ya sea:
-autoestima
-emociones
-personas que le rodean
-el tratar de llamar la atención
-amistades
-etc.
Estos cambios que sufren los adolescentes están condicionados a los cambios anteriores y su aparición es menos brusca que los cambios físicos. Esta lentitud hace desesperar al adolescente, por que sintiéndose maduro biológicamente quiere ser adulto en toda la extensión de la palabra. Pero aun quedan resabios infantiles en su forma de pensar que lo hacen parecer todavía un niño.
Para que un niño pueda adquirir un autocontrol en la adolescencia es necesario ayudar al niño a comportarse de una manera aceptable es una parte esencial de su crianza. La disciplina varía con la edad. No hay una manera correcta de criar a los niños, pero los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan las siguientes reglas: Generalmente, los niños quieren complacer a sus padres. Los padres, si son sabios, integran este deseo de complacer a sus actividades disciplinarias.
Cuando los padres demuestran su alegría y aprobación por el comportamiento que les agrada, esto refuerza el buen comportamiento del niño. Cuando los padres demuestran su desaprobación al comportamiento peligroso o desagradable del niño pequeño, tienen mayor posibilidad de éxito cuando el niño sea mayor.
La forma en la que el padre corrige el mal comportamiento del niño o adolescente tiene que hacerle sentido al hijo. El padre no puede ser tan estricto, que el niño o el adolescente no sienta más adelante el amor y la buena intención del padre.
Los niños y adolescentes pueden hacer que sus padres se enojen. Los padres deben tener control de sí mismos cuando están enojados. Aunque un grito de "no" puede atraer la atención de un niño pequeño que está por cruzar la calle, puede conseguir intranquilizar al bebé que está llorando. Los niños mayores deben de saber lo que se espera de ellos. Los padres deben de ponerse de acuerdo y deben de explicarle claramente las reglas al niño o al adolescente.
El dominio de sí mismo o auto-control no ocurre automáticamente o de repente. Los niños pequeños necesitan que sus padres los guíen y apoyen para que comiencen el proceso de aprender a controlarse. El auto-control corrientemente comienza a los seis años. Cuando los padres guían el proceso, el auto-control aumenta durante los años escolares. Los adolescentes pueden todavía experimentar y rebelarse, pero la mayor parte de ellos pasa por este período y llega a ser un adulto responsable, especialmente si desde temprana edad han experimentado un buen entrenemiento.
Las familias transmiten sus métodos de disciplina y sus expectativas a los niños de generación en generación.
Cuando los intentos de disciplinar al niño no tienen éxito, puede ser beneficioso consultar con alguien fuera de la familia para que nos ofrezca sugerencias sobre la crianza del niño. Los profesionales especializados en el desarrollo y el comportamiento infantil pueden darle información acerca de la manera de pensar y de desarrollarse el niño. También pueden sugerir métodos para modificar el comportamiento; con la paciencia de los padres y la ayuda de los profesionales cuando sea necesaria, puede allanarse el camino para que los niños aprendan lo que la sociedad espera de ellos y lo que ellos pueden esperar de sí mismos.
Laura Lu Zhen 2ºb
Conclusión:
Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta…eso no es fácil” Cada uno de nosotros es actor y hacedor de su propia vida ya que de las pequeñas y grandes elecciones depende nuestra existencia, tenemos la capacidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento, pero, ¿las elecciones son tan sencillas como parecen?, ¿tenemos la capacidad de darnos cuenta de lo que debemos elegir? Más complejo aún, ¿podemos controlarnos, eligiendo en cada momento nuestros actos, pensamientos y emociones? Quizá la respuesta a estas preguntas parezca sencilla, pero en la practica dista mucho de serlo.
Como respuesta se me viene a la mente el “autocontrol”, palabra que si bien esta en boca de todos, muy pocos comprenden realmente su profundidad y su práctica.
Esta capacidad de controlar o regular la propia conducta, está dentro de un conjunto de capacidades para soportar problemas y adversidades, el nombre de dicho conjunto se denomina “fortalezas”. Estas herramientas ayudan al hombre a ser una mejor persona y además a lograr una mayor felicidad. El Autocontrol ha sido mencionado por Goleman (1995) como una herramienta que nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento, es saber que es pasajero en una crisis y que es lo que perdura, sin el estaríamos continuamente actuando irresponsablemente y luego pidiendo perdón por ello.
Siguiendo con mis cuestionamientos, ¿tendremos todos los hombres esta capacidad?, ciertamente que no, y esto se puede evidenciar tan solo poniendo atención en las relaciones de los demás. Propongo un ejercicio simple, detengámonos a ver a una pareja de enamorados y respondámonos: ¿por qué pelean?, mi respuesta, y ciertamente la que todos estamos acostumbrados a escuchar, es porque se sobrepasan los límites, no se cumple que “mi libertad termina donde empieza la libertad del otro”. Aunque este ensayo no se referirá al término Libertad, si creo conveniente referirme a los límites que la demarcan.
Es verdad, cada uno coloca sus límites, pero es necesario saber hacerlo, saber decir “NO”.
Desde pequeños nos controlan, haz esto, no hagas aquello, etc. Pero esos son controles y regulaciones externas, si bien es cierto que vamos internalizando ciertas reglas, hay veces que se nos escapan de las manos y no sabemos como actuar, no podemos andar por la vida haciendo o dejando de hacer cosas solo porque nuestros padres nos las enseñaron, debemos preocuparnos de quienes somos, que queremos, que esperamos de nosotros mismos, y en base a ello actuar. Pero, como siempre existe uno y esta no es la excepción, también y al mismo tiempo debemos preocuparnos de los demás, de no perjudicarlos con nuestras elecciones, de hacer valer lo que yo quiero siempre y cuando no dañe al otro, no dañar lo que el quiere.
Un aspecto importante del autocontrol es saber controlar las emociones y que estas no nos controlen a nosotros, ¿quién es tan “maduro emocionalmente” como para saber en que momento reír o en cual llorar?, por ejemplo. Eso se siente, pero no siempre lo expresamos en el momento que lo sentimos, la interrogante es en que momento dar rienda a la emoción y en que grado.El interior del ser humano no es algo sencillo, cada persona es distinta, lo que tienen unos no lo tienen los otros, o en una menor medida, y en la inversa. Lo importante y lo valioso es que cada persona pueda conocerse a si misma y así reconocer cuales son sus fortalezas y cuales son sus carencias, y en base a las carencias trabajar, para así ser una mejor persona y ser mas feliz, ah y también hacer mas felices a los demás.
El autocontrol es la capacidad que nos permite controlar a nosotros mismos nuestro comportamiento y emociones y no que estas nos controlen, sacándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir y hacer en cada momento de nuestras vidas.
Laura Lu Zhen 2ºb